El gobierno sirio responsabilizó de la masacre a los países que apoyan el terrorismo.
El grupo extremista Estado Islámico degolló a 400 personas -entre las cuales la mayoría son mujeres, ancianos y niños- en la ciudad de Palmira, en un nuevo crimen que prueba su nivel de crueldad.
Estado Islámico afirma que violaciones a mujeres son normales y deben ser aceptadas por ellas
De acuerdo a la televisión oficial de Siria, decenas de víctimas son funcionarios o trabajan para el Gobierno. Una de las fallecidas es la jefa del Departamento de Enfermería en el hospital de Palmira, cuya indentidad no fue revelada.
Enterado de la masacre, Wael al Halqi, primer ministro sirio, condenó este hecho y culpó a los “países que apoyan el terrorismo material y militarmente, principalmente a Arabia Saudí, Catar y Turquía, así como a algunos países occidentales”, según la telvisión local.
Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional para que presionen a estos gobiernos que supuestamente apoyan el terrorismo.
Las víctimas habrían sido asesinadas por “su lealtad al Gobierno sirio y su desobediencia al EI”, informó el canal estatal, medio que también criticó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por haber solo expresado su preocupación por esta amenaza terrorista sin tomar medidas disuasorias.
Desde el pasado miércoles, el Estado Islámico tomo el control de la ciudad de Palmira, donde impuso una interpretación radical de la ley islámica. A muchos habitantes les robaron sus bienes y les prohibieron abandonar la ciudad.
Palmira era uno de los centros culturales más importantes en el siglo I y II D.C. Las ruinas de este lugar, incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, fueron expuestas al peligro a raíz de la intervención de miembros del Estado Islámico.
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