JOCOTITLÁN, Méx., 30 de agosto Me desgraciaron la vida y ese es un motivo suficiente, ¡que se pudran en la cárcel!, aseguró indignada una de las víctimas de los violadores seriales que operaban en la zona norte de la entidad, "fue un infierno, los cinco me violaron a mí y a mi prima, no merecen vivir", añadió entre lágrimas.
La detención de cuatro violadores seriales que operaban en los municipios de Ixtlahuaca, Jocotitlán, Atlacomulco y San Felipe del Progreso, estremeció a las víctimas y aunque removió la pesadilla vivida, la tomaron como una oportunidad de lanzar un grito de ¡justicia! a las autoridades.
"Me enteré de la detención porque un familiar me mandó la portada de su periódico, de inmediato los reconocí y así como yo, fuimos cerca de nueve afectadas las que acudimos al MP a reconocerlos y ratificar la denuncia", señaló la víctima de quien se omite su nombre por razones obvias.
En entrevista antes de relatar lo que le sucedió, confesó "la verdad, sí tengo miedo que los dejen libres, les pido a las autoridades que no los suelten, ellos no deben estar afuera porque hicieron daño a mucha gente. A mí me desgraciaron la vida, que se pudran en la cárcel, no merecen ni vivir", subrayó.
El día del ataque, "salimos de una fiesta familiar, tomamos un taxi e iba a dejar a mi prima a su casa cuando nos agarraron, se nos cerraron en un carro negro y se pusieron frente al taxi donde íbamos. Ellos nos bajaron del taxi para subirnos a su carro negro junto con el chofer del taxi, nos dieron muchas vueltas", relató.
Después de varias vueltas, añadió, "nos bajaron donde había árboles y milpas, ahí empezaron a desnudarnos y nos pegaron. A mí me violaron los cinco y después de eso todavía me sacaron fotos desnuda. Una vez que nos violaron y golpearon, nos fueron a dejar a una presa adentro del taxi".
Una vez dentro del taxi nos pidieron que no saliéramos hasta después de una hora, "después de un tiempo yo me bajé a pedir auxilio y llegó mucha gente de ese lugar, llegaron patrullas y ambulancias. Al taxista se lo llevaron al hospital y a nosotras al MP, ahí declaramos lo que nos habían hecho, nos revisó el médico legista, después al hospital y nos dieron medicamento", comentó.
Los sujetos además de alcoholizados, señaló, iban armados, "a mí todo el tiempo me tenían con la pistola en la boca, llevaban tres armas y nos hablaban con groserías. Si no hacíamos caso, nos pegaban, a mí me daban cachetadas y me pateaban".
En total, mencionó que las víctimas que fueron a identificarlos, son siete, entre ellas una niña de 13 años, "actualmente las siete vamos a terapia psicológica, nos brindan apoyo médico, así como medicinas", finalizó.
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