Coatzacoalcos, Ver.- El abogado Rodolfo Zapata Carrillo fue privado de la vida a balazos por un grupo de sujetos desconocidos.
Los hechos acontecieron sobre la calle Constitución, casi esquina con Aquiles Serdán, a unos metros de las instalaciones del Mando Único en Coatzacoalcos.
El cuerpo del litigante, que el pasado 7 de octubre había encabezado una marcha contra la inseguridad en esta ciudad, quedó tendido en la vía pública.
Zapata Carrillo era propietario de un restaurante que fue asaltado a finales del mes de septiembre. Incluso, difundió la cinta de las cámaras de vigilancia donde se aprecia el momento del violento atraco.
Luego él mismo detuvo a un joven que cristaleó su vehículo y lo puso a disposición de las autoridades.
De manera extraoficial, se dio a conocer que cuatro personas descendieron de un automóvil tipo Lancer color negro y dispararon en varias ocasiones durante la mañana de este lunes.
Autoridades ministeriales realizaron el levantamiento del cuerpo e iniciaron las investigaciones correspondientes.
Los responsables del homicidio, por su parte, huyeron con rumbo desconocido y hasta el momento no hay ninguna persona detenida.
Zapata Carrillo se sumó a las manifestaciones y encuentros con autoridades luego de un asalto a un restaurante de su propiedad.
Tras ese incidente, sufrió el robo de una computadora y otras pertenencias que estaban en una camioneta, pero consiguió aprehender al ladrón y él mismo lo presentó ante el Ministerio Público.
A finales de octubre, Zapata Carrillo participó en una mesa de seguridad organizada por el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos, a la cual asistieron el Fiscal General del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, y el Secretario de Seguridad Pública de la entidad, Arturo Bermúdez Zurita.
En ese encuentro, el empresario cuestionó a las autoridades por la falta de resultados en sus operativos y exigió más vigilancia por el incremento de los delitos de asalto, robos a casa-habitación y de vehículos.
Antes de la más reciente mesa de seguridad, Zapata había pedido al Alcalde Joaquín Caballero Rosiñol que "se fajara los pantalones" para las medidas que le exigiría a los mandos policiacos.
Pidió también la renuncia de Bermúdez Zurita y lo emplazó a agilizar la construcción de la base de la Policía Naval, para lo cual ofreció donarle una tonelada de cemento.
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