Este martes murieron diez personas, entre ellos conductores, cobradores y despachadores debido a un tiroteo desatado por desconocidos en una terminal de autobuses en la ciudad de Choloma, 150 km al norte de capital hondureña, informó la Policía a medios locales.
Los delincuentes que perpetraron la masacre, una vez cometido el crimen se dieron a la fuga con rumbo desconocido.
Minutos después varios agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar y acordonaron la escena del crimen, al tiempo que realizaron operativos en el sector para dar con el paradero de los responsables.
Según testigos, los tiradores tenían sus rostros cubiertos con pasamontañas.
Una de las víctimas mortales fue identificada como Javier Mendoza, un despachador que hace un año trabajaba en el lugar.
También se identificó al conductor de uno de los autobuses, de nombre Gerardo Dubón de 27 años, cuyo cuerpo quedó tirado cerca de un microbús.
Un oficial que resguardaba la escena del crimen, en un primer momento relató a la estación local HRN que “desgraciadamente perdieron la vida ocho personas (al ser atacados) por unos individuos que se conducían en un vehículo Kia que sacaron las armas y les dispararon”.
Los cadáveres quedaron tendidos en diferentes puntos de la terminal de buses, presentaban disparos en la cabeza, el tórax y el abdomen.
Indicó que no se conoce la cifra exacta de personas heridas pero medios locales aseguraron que al menos dos fueron internadas en el hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, la segunda ciudad del país.
El policía añadió que también están bajo investigación las causas del ataque.
Los empleados del transporte de Honduras han sido víctimas de pandilleros que los matan si no pagan un soborno denominado por ellos como “impuesto de guerra”.
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